lunes, 20 de mayo de 2013

El juramento de los Horacios




Los años previos a la Revolución Francesa requerían un arte diferente del Barroco y Rococó que eran los que estaban en el momento. Este es el Neoclasicismo y David es su máximo exponente pictórico. Pudiéndose considerar El juramento de los Horacios como la primera de las pinturas de este movimiento. 

Esta obra se basa en la tragedia de Horace (Corneille) que está inspirada en la historia de Tito Livio en la que los tres hermanos Horacios juran ante su padre lealtad al estado y ponen a disposición su vida para defenderlo. David no pretendía tratar el hecho histórico en sí, sino difundir el sentido del deber hacia la práctica, poniendo como ejemplo a los Horacios. Por ello, eligió el momento del juramento como el instante en el que más orgullo patriótico se transmitía. 

Para llevar a cabo la obra David utilizó líneas rectas para los personajes masculinos y líneas curvas y onduladas para los femeninos. Se muestra un cromatismo en todo el dibujo con colores brillantes y claros, predominando los tonos rojos, grises y ocres. En el centro de la escena, resalta el rojo de la túnica del padre, como símbolo de intensidad del momento concreto. La luz que llega por la izquierda proyectando sombras de los hermanos hacia el padre y las mujeres, es de clara inspiración caravaggiesca.

Como composición general los tres arcos del fondo dividen el lienzo en tres zonas: a la izquierda, los tres hermanos; en el centro, el padre; y a la derecha, las mujeres y los niños. Los distintos grupos de personajes están juntos, pero sin llegar a tocarse físicamente entre ellos. Esto muestra la presencia constante del número tres en la obra: tres arcos, tres espadas, tres hermanos, tres mujeres. 

La colocación de los diferentes elementos se realiza a partir de formas geométricas. Los hermanos y el padre, al ser aproximadamente del mismo tamaño, un rectángulo; por otro lado, las piernas de los hermanos y las del padre, las mujeres llorando y la que protege a las niñas formas diferentes triángulos. La energía de los hombres se enfrenta al abatimiento que desprenden las mujeres. La estancia en la que tiene lugar la acción está vacía de motivos decorativos, además las columnas son de orden toscano, con carácter austero.













domingo, 19 de mayo de 2013

Las Tres Gracias de Rubens


La pintura flamenca durante el siglo XVII tuvo en Peter Paul Rubens a su protagonista indiscutible. Autor de gran variedad temática, es en sus obras mitológicas donde manifiesta más plenamente su vitalidad. Su simbólico cuadro Las tres Gracias es uno de los más conocidos, en el cual nos centraremos. 

Las Tres Gracias  es un cuadro de tema mitológico, expuesto en el Museo del Pradro en Madrid. Este cuadro está pintado al óleo y mide 221 cm de alto por 181 de ancho.



El cuadro pertenece al estilo Barroco Protestante ,las Tres Gracias representan a la belleza más sensual, concretamente simbolizan la afabilidad, la simpatia y la delicadeza.
Estas se llamaban Aglaya, Talia y Eufrósine y eran hijas de Zeus y Eurimone, fueron para  Rubens más que una excusa para pintar tres academias femeninas, reproducción de las exuberantes formas de sus habituales modelos. El asunto y la manera de este cuadro se remonta al arte clásico, pero fue Rafael Sanzio, en el Renacimiento, quien lo recobró.





La composición respeta el modelo clásico que representa a las Gracias completamente desnudas (según la mitología, la belleza no debía taparse) y reunidas, pero cambia la relación entre las tres figuras que están conectadas entre sí a través de los brazos, el velo transparente que las cubre, y sus miradas, reflejan unidad al grupo. La disposición de las Gracias forma un triángulo, estando la de en medio de espaldas, con la cabeza vuelta y apoyada en sus compañeras, reflejan una excelente sensación de movimiento y gracia. 


Las tres hermosas mujeres se caracterizan por la ampulosidad de sus contornos, el trío está enmarcado a la izquierda por un árbol y a la derecha por una cornucopa dorada de la que brota agua, con una guirnalda de flores por encima. Además hay que recalcar la riqueza de un colorido cálido, brillante y luminoso con un fondo constituido por un pintoresco paisaje de una gran sutileza. En él pueden distinguirse pequeños animales pastando.

En la siguiente imagen se muestran todos los elementos y detalles del cuadro.

Hay varias representaciones de Las Tres Gracias, algunos creen que en el rostro de dos de ellas están reflejadas las esposas del pintor, Helena Fourment y Isabella Brandt, mientras otros opinan que se trata de diferentes variaciones del rostro de la primera de ellas, situada a la izquierda, ésta habría sido una joven de dieciséis años con la que el pintor contrajo matrimonio. 

Para finalizar, os dejamos un vídeo donde se puede observar detalladamente todos los elementos del cuadro.